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lunes, 12 de diciembre de 2011

'La Guadalupana' urge a la justicia y la paz: Sandoval Íñiguez

EL INFORMADOR
12/12/2011
Ante los problemas del país, sobre todo la inseguridad generada por el crimen organizado, el mensaje de la Virgen de Guadalupe resalta que “los caminos de la justicia y la paz” son las condiciones que la sociedad mexicana requiere para un auténtico progreso, afirmó el cardenal Juan Sandoval Íñiguez al presidir la eucaristía en la fiesta guadalupana en el Santuario tapatío de la Morena del Tepeyac.

Ante una numerosa concentración de fieles en el espacio mariano más antiguo de la ciudad, el prelado también hizo referencia al Nican Mopohua (texto que narra las apariciones en náhuatl) para destacar que la pacificación del país requiere en forma indispensable “de la coherencia entre fe y vida”, dado que si ésta no se da, serán insuficientes las acciones de la autoridad, como el empleo de la fuerza pública, para que en el país prevalezcan condiciones de paz y justicia.

El arzobispo insistió en que “las vías de la justicia y la paz” son también indispensables para superar la gran desigualdad de la sociedad mexicana, lo que supone que mientras unos tienen todo, otros están con casi nada por diversas causas, como la corrupción, la violencia, el atraco y el vicio”.

Al referirse a los 480 años de vigencia del suceso guadalupano en la historia del país , Sandoval Íñiguez afirmó que “la plenitud de los tiempos” de la que narra la Biblia “se concretó con la llegada de la evangelización, puesto que pese a la religiosidad de los indígenas, hubo en ésta serias equivocaciones, como los sacrificios humanos”.

El prelado también destacó que una vez que el fallecido pontífice Juan Pablo II canonizó a San Juan Diego, la creencia en las apariciones del Tepeyac allá en 1531, “no debe ser algo voluntario de un sí o un no. Si creemos en la infalibilidad del sumo pontífice, debemos creer en las apariciones, además de que la canonización de Juan Diego fue resultado de estudios exhaustivos”

Colorida afluencia de devotos

Nuevamente el barrio del Santuario de Guadalupe hizo valer su convocatoria en los festejos guadalupanos, como se mostró en los padres y madres de familia acuden con sus hijos pequeños vestidos de San Juan Diego y de pequeñas indígenas a las niñas.

En un breve sondeo a los asistentes, éstos expusieron que sus plegarias se orientan ante todo a conservar el trabajo y la salud, además de transmitir a sus hijos la devoción guadalupana, como lo expresó Mónica García del Sector Reforma.

José Gutiérrez, con su hijo de doce años vestido de Juan Diego, habló que le pide tener trabajo y salud, “ya que con esto lo demás viene solo”. Dijo que un favor hecho por la Guadalupana en pro de su familia, le ha inspirado agradecimiento para siempre.

Por su parte, María Guadalupe González, de Lomas del Paradero, externó que la ida al Santuario es una tradición heredada, que ahora con gusto transmite a sus dos hijas que por cierto llevaba vestidas con ropa típica. También comentó que sus súplicas son de conservar el trabajo y la salud. Otro entrevistado: Jesús Díaz, de Tlaquepaque, dijo que en lo que vivido la Virgen de Guadalupe siempre “le ha cumplido en contar con trabajo y tener buena salud hasta donde sea posible con el paso de los años”

Toda una gama de antojillos se tuvieron al alcance de los visitantes al Santuario, así como la opción para los menores de tomarse fotos con caballos de raza Pony, entre temas de atracción para los niños.

PARA SABER
El Santuario de Guadalupe es uno de los templos emblemáticos del catolicismo tapatío. Su historia se remonta a 1781, fecha de la culminación de su construcción que promovió fray Antonio Alcalde y Barriga, el mismo obispo que fundara el Hospital Civil.

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