¿Puede Guadalajara aspirar realmente a convertirse en una ciudad que sea huésped en los próximos años de unos Juegos Olímpicos?
La respuesta es muy sencilla, pero no es única.
Por supuesto que la capital del estado de Jalisco estaría a la altura de una justa deportiva de esta dimensión. Se trata de una gran urbe, con un área metropolitana que abarca varios otros municipios, con una infraestructura hotelera y de servicios, con campos y gimnasios notables. Guadalajara tiene una economía, cultura e historia muy importantes, con grandes industrias y empresarios originarios y residentes.
Pero para poder aspirar en serio a convertirse en sede olímpica, mucho más allá del emocionado y entusiasta reto de su actual gobernador, el panista Emilio González (que el día de la clausura de los Panamericanos gritó, casi desgañitándose: “Ahora vamos por las Olimpiadas”), se necesita más que buenas intenciones.
LA AFICION:COM
Miércoles, 02 de Noviembre de 201
¿Por dónde empezamos?
Por el convencimiento y apoyo del gobierno federal. Si el próximo presidente de la República no está convencido de poner dinero y capital político para conseguir este objetivo, nada podrá ser posible. Y la realidad es que a casi un año de que termine la administración de Felipe Calderón, lo que se ve cuesta arriba es que el PAN siga gobernando y, en consecuencia, los miembros de este partido, que lleva 17 años en el poder en Jalisco, sean bien vistos y seguidor por sus rivales de siempre.
En segundo lugar se requiere mucho, pero mucho dinero. Primero para promover y cabildear a nivel internacional el proyecto. Segundo, y casi en paralelo (como lo hicieron Sevilla y Madrid, para citar ejemplos cercanos), construir la infraestructura deportiva requerida. Así, para empezar, un gran estadio olímpico. Un estadio que no es ni el Jalisco ni el Omnilife, a los que resulta imposible insertarles una pista de atletismo.
¿Cómo ven? ¿Le empezamos a poner números?
No hay comentarios:
Publicar un comentario