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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Los Juegos Parapanamericanos de la intrascendencia

EL ECONOMISTA
16 Noviembre, 2011

Mientras los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 tuvieron una inversión millonaria para su realización (nada más 25 millones de dólares para las ceremonias de apertura y clausura), además de más de 1,000 medios de comunicación para su cobertura y la promoción por todas las calles de la capital tapatía como la principal forma de convocar a la gente a apoyar al deporte en general y a los atletas en particular, esta semana, casi desapercibidos, están desarrollándose los Juegos Parapanamericanos, con al menos 1,500 deportistas de 24 países que participan en 13 disciplinas.

Las diferencias son claras. Mientras en las competencias convencionales la efervescencia por ver a Paola Espinosa tirarse de la plataforma, a Juan René Serrano apuntando al blanco o a Paola Longoria empuñando su raqueta en uno de sus partidos, pocos o casi nadie, conocen a Juan Ignacio Reyes campeón continental y dueño del récord panamericano en los 50 metros dorso o a Saúl Mendoza, quien han representado a México en más de dos ciclos olímpicos con gran éxito.

Lo demuestran ahora en los Juegos Parapanamericanos, donde hasta el cierre de ayer, nuestro país se ubicaba en la tercera posición del medallero general de la justa con un total 61 preseas, 16 de ellas de oro, 27 platas y 18 bronces.

El número parece insignificante sino se considera que son atletas con capacidades diferentes que más que enfrentarse a un rival, se enfrentan día a día a las dificultades de la vida misma. Lo viven en carne propia, incluso en unas competencias que deberían darles todas las facilidades que necesitan para desarrollar sus actividades deportivas al 100 por ciento.

Lo cierto que el Comité Organizador, dejó un poco olvidados a estos deportistas. También la prensa. Mientras en los Juegos Panamericanos, la promoción del evento se dio a manos llenas, poco se sabe de las competencias parapanamericanas en Guadalajara. Acaso algún atleta paralímpico se ha llevado la portada de la sección de deportes de algún periódico. No más.

Tampoco en la televisión o el radio se ha escuchado demasiado de los resultados. Ni vemos al presidente asistir a alguno de los eventos deportivos o a la inauguración de la justa. Nada.

Los boletos tampoco han tenido gran demanda. Mientras para los Juegos Panamericanos, la gente peleaba por una entrada, en estos juegos aún se pueden encontrar asientos disponibles en zonas preferentes a través del sistema Ticketmaster. Del mismo modo, la asistencia del público a las competencias, ha dejado mucho qué desear.

De acuerdo a Roberto de Alva, director de promoción turística de Zapopan, Jalisco, en los Juegos Panamericanos la ocupación hotelera fue del 90%, y para esta justa parapanamericana la cifra es “muy inferior”.

Sin embargo, los atletas paralímpicos siempre han tenido claro la desatención de los medios y las instituciones para sus logros y, con todo ello, enfrentan los retos que les representa conseguir una medalla, del color que sea, para México porque finalmente saben que esa es una manera de demostrar que ninguna discapacidad puede ser tan fuerte como la indiferencia.

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